lunes, 5 de diciembre de 2011

DERROTA DE LA DEMOCRACIA VIRTUAL UN SUBLIME ACTO DEL MOVIMIENTO ESTUDIANTIL!! ASÍ SERA RECORDADO EL 3 DE OCTUBRE DE 2011


El menosprecio por la educación popular es efecto preclaro del intento posmoderno de hacer valer toda opinión por igual, cuyo máximo logro es el lancasterianismo puritano, que anima a las masas a implantar su propia opinión y alejarse de todo saber. Una nueva búsqueda del monasterio medieval y a lo sumo, de la Escuela Palatina de Carlo Magno, el ideal barroco de la posmodernidad, el ocultamiento entre las sombras, la falta de luz solar, la pérdida del contacto con la realidad, es la intención real de la nueva Ley de educación. El objetivo: unas minorías ilustradas. Todo ello es absolutamente pre moderno y como tal antidemocrático, y parece decirnos que en vano aconteció la Revolución Francesa. !Y eso que nos hacen creer que todo acto actual del estado es para defender la democracia! Allí donde se defienden privilegios para las minorías, allí no está el interés del pueblo y el pueblo lo sabe.
“Una minoría de inconformes” dijo el vicerrector y la abrumadora mayoría lo desautorizó. Y no sólo con la ausencia de estudiantes el pasado lunes 3 de octubre al recinto universitario de la U. de A., no sólo con la burla en la consulta a la totalidad de estudiantes, burla que no fue llevada por Hackers, como lo denunciaran las directivas, sino llenando de realidad esta ausencia. La no concurrencia de estudiantes a clases (en concordancia con la orientación de la Asamblea Estudiantil) logró demostrar la vacuidad de la democracia que impone la minoría, la ineficiencia de los medios virtuales para logra siempre movimiento reales (¿pensarán los funcionalistas del saber que ha sido un error de la ingeniería de procesos?, ¿será que aún no escucharon a Bacon descubrir que antes de tratar de imponer leyes a la naturaleza hay que saber obedecerla?, ¿o a Casirer decir que de igual manera a la multitud hay que obedecerla?) !Esto exactamente es el objetivo de la virtualidad, adentrar al individuo al mundo estático para impedir la transformación de la realidad! También se llega a ser víctima del propio invento. La consulta virtual arrojó una respuesta virtual, es decir “posible”, pero no necesariamente real. Una real “minoría de inconformes” se enfrenta hoy con la existencia plural de movimientos estudiantiles en la América Latina, que se lanzan en defensa de lo público, con el derecho que les asiste al hacer parte real de une estado liberal. Una voz mayoritaria y fraternal se alza en América Latina. “Una minoría de inconformes” son realmente las directivas que se alzan en contra de la inconformidad de las mayorías estudiantiles. Más les vale ingresar en los presupuestos liberales y seguir sosteniendo un simulacro más creíble del estado liberal, antes de que las mayorías se den cuenta que hace rato en el país no existe ni siquiera la democracia.
El simulacro posmoderno no pudo mantenerse en pié ante la evidente realidad. La impostura de la democracia (el relato posmoderno) se quedó ante las puertas del saber un 3 de octubre de 2011. Las consultas que hace poco arrojaban mayorías simuladas en un tortuosos gobierno que se alargó por ocho inolvidables años en Colombia, (y que afortunadamente no parece haber dejado en las poderosas mayorías, la sensación de participación real que requiere la democracia !las emociones no perduran!) esta vez no funcionaron. Los estudiantes parecen alumbrarse de preferencia por la luz del sol, antes que satisfacerse con las sombras de la realidad en el fondo de la caverna. La democracia real hace que cada estudiante transfiera su poder a manos de la Asamblea Estudiantil y sólo de ella admitir una orientación. ¿No son estás garantías constitucionales?, ¿No están amparadas en las promesas del estado burgués? o ¿Es que ser actor participativo en un estado de derecho puede confundirse con el terrorismo? La disidencia es atributo del ciudadano, es parte constitutiva de la democracia. Al parecer hoy la directivas de la U. de A. hacen gala del nombre más aproximado a la realidad que representan: alcanzar la Uni-versidad, sembrar una sola opinión masiva, imponer el acuerdo colectivo a fuerza de mentiras y simulacros o de amenazas y violencia.
Las y los estudiantes de la U. de A. hemos demostrado que los “temibles medios de comunicación” no parecen ofrecer un gran control en la búsqueda de adormecimiento de conciencias y la implantación de consumos sobre las mayorías, no parecen tampoco ser incondicionales con las minorías. También sirven para informar acerca de la realidad en manos de la Asamblea y la totalidad de estudiantes. La utilización de estos medios al servicio del poder se ve amenazada y sus fracasos anuncian que lo que la mayoría quiere es lo que la mayoría hace y hará, porque no ha dejado de ser principio constitucional que el gobernante obedece al mandato del pueblo, y sólo tiene poder de esta manera. No obedecer a las mayorías le hace un dictador en términos liberales. Así se haga sugestivo, así quiera posar en apariencia de democrático, siempre podrá quedar desnudo ante la complaciente mirada de las muchedumbres. El perro ha perdido ya muchas veces su trozo de carne real en el reflejo que ha visto en el río, como nos lo advierte Esopo, esta vez preferirá el trozo real que puede saborear a su antojo. Si las multitudes no se hacen obedecer bajo el estado liberal, con todas las garantías constitucionales, siempre podrán delatar la inexistencia de la autoridad del pueblo, siempre podrán evidenciar la dictadura
y emprender un camino más portentoso como mayoría real. La falacia democrática no entretiene a la empobrecida muchedumbre que desde siempre ha sabido que tras el gobierno se oculta un empresario corrupto y no el depositario de la voz del pueblo !Simular democracia no va más! Esta vez bajo sus propios principios de participación, de libre asociación, de gobernar en nombre el pueblo tendrán que ingresar en la realidad (como lo pone en evidencia el Movimiento Estudiantil de la U. de A. y tras él todos los estudiantes en Antioquia, sin atentar siquiera contra los principios liberales), o quedarse desmentidos para siempre. Lo que pudo demostrar la inasistencia a clases el pasado 3 de octubre de la totalidad de los estudiantes de la U. de A., es que es fácil quitar la máscara de democracia a una sociedad que se implanta contra la voluntad de las mayorías.
La acusación de terroristas que sufrimos los estudiantes desde mayo de 68 en el mundo, empieza a verse con claridad como una negación de los mínimos derecho liberales por parte de los ultraderechistas a quienes sólo alberga una razón, la maximización de su poder privado en contra del interés de las mayorías para conservar los privilegios económicos, destrozando aún, día a día, la posibilidad de una democracia real. Utilizar ya el desgastado concepto de “terrorista”, que pasado de moda por el uso desmesurado que del él hizo el anterior gobierno, ha perdido la fuerza para convocar y estimular emociones masivas. !Eso lo sabe cualquier buen publicista! La autoridad de las mayorías (principio liberal soberano y en consecuencia, no terrorista) sólo ha servido para solapar los privilegios de las minorías bajo el simulacro de la democracia, pero el simulacro es débil, no logra suplantar a la realidad. Las mayorías reales siempre podrán ser más sorprendentes, no siempre es fácil hacerlas ingresar en el espejo como lo creyera Baudrillard. El CSU y la CSA han fracasado y con ellas el simulacro se vino al suelo. Para ser un buen sofista hay que ser sabio, eso lo sabe el mundo desde Sócrates. Los actuales sofistas de la democracia han perdido la sabiduría, acaso tiene una relación funcional con el saber, pero no una relación aristocrática con él. Mercantilistas de fórmulas mágicas para la masa consumidora de simulacros, administradores de ideologías adormecedoras, se alejaron del pensar filosófico, del saber político, se alejaron de lo fundamental. Olvidaron como hacer aparecer el simulacro en sustitución creíble de lo real, se creyeron el asunto de que cualquier opinión valía y empezaron a exigirle dividendos a su mágica formulita del manejo de las masas, demasiado pronto. Si bien la democracia ha sido mentida como acto de fe, ella ha costado ya mucha sangre real a las mayorías, desde el momento en que fueron usadas por los burgueses en contra de la monarquía. Las mayorías estudiantiles empezamos a exigirle vida real a los presupuestos liberales y rugimos con una amenaza más poderosa que la del vicerrector, dice nuestro bramido: ¡o vivimos en una democracia real o las mayorías encontraremos un camino más acorde a nuestras necesidades!, de ese modo la enclenque amenaza de cancelación de semestre de las directivas apenas se divisa como “patadas de ahogado”.
Infestar a la universidad con el lenguaje de la productividad y la calidad (con el perdón de los seguidores de Peter Druker) que se esconde en la reforma a la Ley 30, pone de manifiesto ya la crisis vivida de la funcionalidad del capitalismo. Es necesario aclarar que capitalismo y democracia no son lo mismo. Acreditación, competencias, certificación en calidad, procesos productivos, punto de equilibrio, sostenibilidad, rendimiento, calidad y competitividad, internacionalización... todas estas palabras repetidas en la reforma a la Ley 30, no hacen parte en modo alguno de las necesarias condiciones de existencia de la democracia, pero si tiene un manifiesto interés en implicar también a la universidad en la campaña misionera de lanzarse comprometida en la salvación del capitalismo en crisis, haciéndola a ella misma un empresa universitaria. Lo que hoy el estado reclama inescrupulosamente del recinto del saber es la productividad del proceso educativo con una necesidad maquiavélica de la ganancia. Pero esta ambición es santificada en un concepto de democracia lánguida, que a la diversidad ideológica le imprime un marco moral que la decapita: un pluralismo que no transgreda a la seguridad democrática.
Hay una intensión más aristocrática entre los estudiantes: asumir el deber de educarse y no conformarse con la súplica mendicante del derecho a la educación, el Movimiento Estudiantil ha demostrado que no se arrodillará suplicante de mendrugos, eso ya ha sido resulto desde 1789: ¡la educación es para todos! Y ante este principio fundador del estado liberal no hay nada que negociar a no ser que estuviésemos de acuerdo en que no vivamos bajo la democracia, y en ese caso bienvenida la lucha estudiantil fundadora de una nueva concepción de estado.
Comité Patriótico Universitario
Marcha Patriótica y Cabildos Abiertos – Regional Antioquia
Octubre – 2011

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